viernes, noviembre 16, 2007

México lindo y querido...


México y su cultura, es otro aspecto que influye grandemente a mi país. Por ejemplo la música, específicamente la ranchera, pues la clase obrera de Chile se identifica mucho con ellas, supongo que por el ritmo y las historias que en ellas se cuentan.
El fin de semana pasado fui a la ciudad donde crecí. Visité a unos tíos y como antes, el dueño de casa estaba con una copa de vino escuchando “los mexicanos” que son programas de radios AM dedicados exclusivamente a la gente campesina y trabajadora que goza con cada canción “ranchera”.
Hay festivales de la canción mexicana, se ama a muchos cantantes mexicanos, se disfruta de sus películas y sus largas telenovelas. Creo que los chilenos nos sentimos parecidos a los mexicanos, la razón la desconozco, pero existe.
Imposible dejar de mencionar a “El Chavo del Ocho”, gran creación de un querido mexicano, que aún se emite por la TV local y que muchísimos niños disfrutan, siendo un programa que ha trascendido en el tiempo capaz de gustar a los pequeños del mundo globalizado en que vivimos.
Finalmente el modo de hablar mexicano, se ha transformado en una manera más de comunicarnos claro que con poco sentido, pues decimos “chingado” sin dar el peso de lo que realmente significa en México o el “wey” y el “cabrón”. Es divertido y raro también este grado de cercanía siendo que estamos tan lejos físicamente.
Por mi parte, me retiro a escuchar a “Molotov”, a ver a Gael García, a apreciar los murales de Siqueiros y a leer a Octavio Paz, Jaime Sabines, Carlos Monsiváis, Juan Rulfo y repasar el Chilam Balam.
¡Viva México Cabrones! (no sé si esto sonará a una grosería para mis amigos “mexicanotes”, si es así me disculpo)