La tarea decía: Pregúntale a tus padres alguna experiencia significativa de su niñez, escríbela en tu cuaderno.
Qué le cuento?, entenderá su mentecita plagada de experiencias actuales, en donde las mías no tienen cabida, no porque no las quiera oír, sino porque no las comprende, no las concibe como reales, su vida es tan distinta a la mía, a la nuestra, que uno de mis relatos se transforma en otro más de los innumerables cuentos e historias que lee comúnmente.
Qué le cuento?, entenderá su mentecita plagada de experiencias actuales, en donde las mías no tienen cabida, no porque no las quiera oír, sino porque no las comprende, no las concibe como reales, su vida es tan distinta a la mía, a la nuestra, que uno de mis relatos se transforma en otro más de los innumerables cuentos e historias que lee comúnmente.
Me oirá, tal vez intente imaginarse lo que le cuento, pero sus pensamientos no están diseñados para creer algo que ella jamás vivirá.
Le digo por ejemplo que vi un computador por primera vez cuando estaba en el liceo?, y que usarlo fue sorprendente?, cómo entiende eso, si cuando ella nació, ya había computador en la casa, ella tiene correo electrónico, se comunica con sus compañeros por msn, busca información para sus tareas en el google, etc.
O le digo que conocí el mar a los 9 años y que casi lloro de la impresión al ver tal cantidad de agua, si ella se baña en las aguas del mar cada verano y todos los años conoce un nuevo lugar, una nueva playa de nuestro largo país.
Le digo que entré a un cine a los 15 y sentía que iba a quedar sorda y ciega por el sonido de la sala y las imágenes que la pantalla proyectaba. Cómo lo entiende si ella puede ver las películas que le gustan, apenas están en cartelera.
Le digo que cuando niña soñaba con tener un jeans y que lo tuve a los 13 años usándolo casi por una semana, si su clóset está plagado de ellos?
Le digo por ejemplo que vi un computador por primera vez cuando estaba en el liceo?, y que usarlo fue sorprendente?, cómo entiende eso, si cuando ella nació, ya había computador en la casa, ella tiene correo electrónico, se comunica con sus compañeros por msn, busca información para sus tareas en el google, etc.
O le digo que conocí el mar a los 9 años y que casi lloro de la impresión al ver tal cantidad de agua, si ella se baña en las aguas del mar cada verano y todos los años conoce un nuevo lugar, una nueva playa de nuestro largo país.
Le digo que entré a un cine a los 15 y sentía que iba a quedar sorda y ciega por el sonido de la sala y las imágenes que la pantalla proyectaba. Cómo lo entiende si ella puede ver las películas que le gustan, apenas están en cartelera.
Le digo que cuando niña soñaba con tener un jeans y que lo tuve a los 13 años usándolo casi por una semana, si su clóset está plagado de ellos?
El 27 de abril, para el día del carabinero, llegó a casa extasiada contándome que a su colegio llegaron carabineros haciendo rugir el motor de sus motos, otros montados en bellos caballos y que junto a sus compañeros los aplaudieron durante un buen rato. Me fue inevitable recordar y decirle que me alegraba mucho de que ella pueda tener esa visión de la policía, pues recordé que yo a su edad, temía tremendamente a cualquiera de ellos, que si los veía pasar fuera de mi casa, corría a esconderme, que en las noches de protestas despertaba, me asomaba a la ventana y veía cómo los carabineros golpeaban impunemente a mis vecinos mientras lloraba en los brazos de mi madre por el dolor que provocaba el humo de las bombas lacrimógenas que se colaban por las puertas de mi casa.
Pero ante todo esto, preferí contarle, obviamente, que cuando niña jugaba a “la visita” con mis amigas, que corría y comía duraznos, membrillos y uvas en el patio de mi casa, que intentaba incansablemente subirme al pino de mi jardín, que me sentaba en las piernas de mi abuelo a oír sus historias de una época mejor y que me dormía abrazada a mi madre cada noche. Preferí contarle que siempre fui feliz, a pesar de las adversidades y que todo ello me ha ayudado a ser la mujer que hoy soy. Ella tampoco comprende estas experiencias, sus diversiones son distintas, tampoco pretendo que seamos iguales, pero es triste pensar que de una generación a otra cambiemos tanto y perdamos cada vez más nuestra capacidad de asombrarnos con las cosas simples de la vida.
Y tú qué recuerdas de tu niñez?... Escríbelo en un post. Compártelo conmigo.
Pero ante todo esto, preferí contarle, obviamente, que cuando niña jugaba a “la visita” con mis amigas, que corría y comía duraznos, membrillos y uvas en el patio de mi casa, que intentaba incansablemente subirme al pino de mi jardín, que me sentaba en las piernas de mi abuelo a oír sus historias de una época mejor y que me dormía abrazada a mi madre cada noche. Preferí contarle que siempre fui feliz, a pesar de las adversidades y que todo ello me ha ayudado a ser la mujer que hoy soy. Ella tampoco comprende estas experiencias, sus diversiones son distintas, tampoco pretendo que seamos iguales, pero es triste pensar que de una generación a otra cambiemos tanto y perdamos cada vez más nuestra capacidad de asombrarnos con las cosas simples de la vida.
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